sábado, 30 de enero de 2010

¡Saludos desde la Nave Alfa!...30/01/2010 CRISTIAN

Ellos están un tiempo entre ustedes, interactuando con algunos de ustedes sin que sean conscientes de ello, y cuando finalizan su cometido regresan a nuestras naves. Estos visitantes esporádicos rara vez muestran su identidad a algunos de ustedes, pero en algunos casos sí, si su misión así lo amerita. Pero lo más habitual es que cumplan su trabajo actuando de incógnito en esa ciudad, pueblo o aldea donde hayan acudido para determinada misión.


¡Saludos desde la Nave Alfa!


Nuestra misión de llevarles a todos ustedes hacia el conocimiento de nuestra existencia en primer lugar y luego de cuáles son nuestras acciones y nuestro propósito en este planeta, está llegando a un momento crucial de extremada importancia. La Nave Alfa tiene una misión que cumplir dentro del Plan Divino de suma relevancia, y a medida que vayamos pasando a etapas posteriores y subsecuentes podremos ir informándoles a ustedes a través de internet, haciendo uso de esta herramienta tan útil para nuestro propósito de hacerles llegar cada una de nuestras acciones, para que sean conscientes de ellas. Queremos hacerlo así, porque deseamos que todos ustedes, los humanos que estén ya despiertos y los que van a ir despertando en estos tiempos de cambio, entiendan que este cambio de la humanidad a nivel planetario es algo que nos atañe a todos por igual, tanto los que son oriundos de este planeta, como los que venimos de muy variadas distancias siderales, todos juntos, unidos en un solo cuerpo, para llevar a cabo el cambio dimensional que Dios ha planeado para ustedes en estos momentos actuales.


Tenemos muchos y variados individuos en el planeta, actualmente encarnados en un cuerpo físico, que están trabajando para la humanidad y el planeta, y que saben de nuestra existencia, aún sin haber tenido pruebas palpables de ella, porque saben en su interior que están siendo asistidos por civilizaciones planetarias fuera de este mundo. ¿Y por qué tantos y tantos de ustedes tienen esa misteriosa seguridad de que nosotros estamos aquí, a pesar de que aún no nos hemos presentado formalmente? Ya saben, “Hola, soy Kryon, soy SaLuSa, soy Ashrar Sheran, soy Silisio, de tal o cual sistema planetario” – “Hola, pues yo soy Alex, Mauricio, María o Jennifer, y hemos nacido en este planeta”. Algo así, ¿verdad?


Bien, ¿no se han parado a pensar por qué tienen esa absoluta certeza de nuestra presencia y asistencia, si no ha habido tales presentaciones en el plano físico? Medítenlo. Reflexionen sobre ello. ¿Y por qué otras personas, a veces dotadas de gran inteligencia, e incluso que tienen cierto conocimiento espiritual en general, simplemente no creen en nosotros o hacen comentarios peyorativos como “¡Oh, a mí no me hables de marcianos, ya tengo bastantes problemas que resolver aquí en la Tierra!” (Como si nosotros estuviéramos aquí para ocasionarles problemas a ustedes, ¡válgame Dios!). Todas esas conversaciones las conocemos y somos conscientes de ellas, porque las monitorizamos desde nuestras naves, y por ello los conocemos a todos y cada uno de ustedes muy bien, ¡más de lo que ustedes creen! Por eso, es cierto que estamos cerca, muy cerca de ustedes, ¡tanto como su corazón!


Y los invito a otra reflexión, ¿por qué la mayoría de ustedes, los que leen nuestros mensajes porque sienten su veracidad, se han sentido siempre como extraños en un mundo cuyo sistema de valores y cuyo modo de operar no corresponden con lo que ustedes piensan que debería ser? Muchos otros se plantean toda su vida bajo el marco de esta existencia terrestre y se sienten cómodos y habituados a la forma de vivir de la Tierra. En cambio, muchos otros, como usted, que está leyendo ahora este mensaje, se ha sentido siempre extraño aquí, descontento con cómo vive y piensa la gente de este planeta. ¿A qué creen ustedes que se debe este hecho?
Y ahora la explicación.


Desde hace décadas algunos seres de diferentes mundos están trabajando para preparar a la humanidad de la Tierra, actuando de forma indetectable y anónima dentro de su sociedad. Ellos están un tiempo entre ustedes, interactuando con algunos de ustedes sin que sean conscientes de ello, y cuando finalizan su cometido regresan a nuestras naves. Estos visitantes esporádicos rara vez muestran su identidad a algunos de ustedes, pero en algunos casos sí, si su misión así lo amerita. Pero lo más habitual es que cumplan su trabajo actuando de incógnito en esa ciudad, pueblo o aldea donde hayan acudido para determinada misión.


Después, tenemos el otro caso, más común que el anterior, en que muchos de ustedes hayan venido con nosotros en nuestras naves de transporte a esta coordenada de tiempo y espacio, pero que tengan una misión mucho más amplia y de realización más prolongada que los que mencionamos antes. En este caso, encarnan en una forma física de esta humanidad, entrando en la matriz de su madre como los demás seres de esta humanidad, viviendo el nacimiento y la educación de cualquier niño de este género humano, con una madre y un padre terrestres, sin despertar ninguna sospecha entre los demás humanos que los rodean. Los demás los verán a ellos como iguales, pero ellos siempre se sentirán extraños aquí, y en el fondo de ellos mismos, no se verán iguales a los demás que les rodean. Buscarán hacer amistad con personas que piensen y sientan como ellos (y ahora con internet esta posibilidad está más a su alcance) y sólo se sentirán cómodos hablando de temas como de “ovnis”, de sucesos paranormales o de ángeles y otros seres de luz. Y los temas que entusiasman a las personas oriundas de este planeta, tales como deportes, política o las vidas de los famosos, a ellos les aburrirán mortalmente.


Espero haber ayudado, a que alguno que otro de ustedes se haya sentido identificado con el último grupo que hemos tratado hoy. Esa es una de nuestras misiones, muy satisfactoria por cierto: la de ayudarles a conocerse mejor a ustedes mismos, dándoles pistas sobre cuál es su origen, así como lo que pueden hacer para activar ciertas herramientas que tienen en su interior y que los capacitará para llevar a cabo su trabajo respectivo, con mayor efectividad y con más entusiasmo.


Me despido por ahora, deseándoles que pasen un buen día. Y por supuesto, que tengan una feliz reflexión tras leer este mensaje.


Paz y Amor