jueves, 13 de mayo de 2010

No tienen ni la menor idea de lo que está a punto de suceder...


Descansen en la seguridad de que la maravilla del evento que está a punto de ocurrir.

Descansen en la seguridad de que la maravilla del evento que está a punto de ocurrir, no les dejará absolutamente ningún espacio o la sensación más pequeña de duda o desencanto.

Como todos ustedes muy bien saben, la Tierra atraviesa por enormes cambios que están en marcha, y que parecerán bastante alarmantes.

Todas ellos son necesarias para asegurar y garantizar la continuidad y viabilidad de la Tierra como sostenedora de vida en su ecosistema.

Libere su sentimiento de alarma o temor, porque estos cambios empoderan y apoyan a la humanidad para moverse hacia la plena conciencia, y esto está listo ocurrir muy pronto.

Es un estado por el cual han estado trabajando durante un muy largo tiempo sobre la Tierra, y a través de muchas de sus vidas sobre Tierra.

La promesa hecha a la humanidad por Dios acerca del cumplimiento de una nueva Edad de Oro está próxima a surgir.

Cuando esto suceda, vuestro gozo será sorprendente mientras este significado inunde su conciencia, -es parecido a como si en las profundidades del cambiante invierno, instantáneamente surgiera la exuberancia del pleno verano.

Es por este estado por el cual usted ha estado trabajando durante un periodo muy largo de tiempo sobre la Tierra, y a través de muchas vidas sobre la Tierra.

Es ya el momento en el que se cumple la promesa de Dios a la humanidad de que una nueva Edad de Oro está próxima a surgir.

Cuando esto suceda, vuestro gozo será sorprendente, así como la comprensión de su significado mientras inunda su conciencia -como si en las profundidades del invierno cambiaran instantáneamente, en la exuberancia de pleno verano.

Sus pensamientos, su imaginación e incluso sus sueños, no les han expresado el más mínimo detalle de lo que está a punto de ocurrir.

Descansen en la seguridad de que la maravilla del evento que está a punto de ocurrir, no les dejará absolutamente ningún espacio o la sensación más pequeña de duda o desencanto.

Ninguno de ustedes tiene ni siquiera idea del asombroso trabajo que han estado realizando, y de los fantásticos logros a los que han llegado para poder lograr el cumplimiento de atraer el Plan Divino en este momento.

Cuando llegue el momento y el velo que lo esconde sea removido, observarán con temor y asombro lo que han alcanzado por sus incesantes esfuerzos, mientras tenían que luchar con el miedo y el sufrimiento de la ilusión para alcanzar la brillante (oculta de ustedes casi en su totalidad) Luz Divina de la Presencia Eterna de Dios.

En lo profundo de su interior, el conocimiento de Su Amor hacia usted y del adecuado lugar que ha ocupado en su Eterna Presencia, ha mantenido su esperanza viva y brillante –aún inconcientemente- y permitió que usted continuara su camino individual perfectamente diseñado hasta que lo condujeran a un gran despertar.

Cada uno de ustedes ha trabajado mucho tiempo y muy duro para atraer este Divino Momento de Plenitud.

No existe ninguno de entre ustedes que no haya luchado con inmensa determinación y conocimiento para asegurar completar este escenario del Plan de Dios, sin importar que tan inadecuado aparentemente era para usted, en su ilusoria realidad.

Así hubiera parecido un comportamiento dañino e inconcebible, esto ha tenido un propósito Divino de inimaginable importancia.

Todo recuerdo de dolor, miseria y sufrimiento que han sostenido mientras se las arreglaban para atravesar en medio de la oscuridad de la ilusión será instantánea y totalmente borrada para que nada pueda interponerse en la Eterna Bienaventuranza en la que pronto emergerá.

Miedo, rabia, dolor, resentimiento, duda, enfermedad y en general la esclavitud y la desarmonía todas son ilusiones– aspectos sumamente desagradables y perturbadoras, de la ilusoria realidad con la cual usted cooperó y en la cual se imaginó que se encontraba y que continuamente, aparentemente, se renovaba y reconstruía.

Desaparecerán instantáneamente porque jamás podrá existir nada que pueda doler, lastimar, o destruir a los hijos de Dios.

Son infinita y eternamente amados y protegidos por su Padre Celestial en cada momento de su existencia, en donde nada, excepto el amor, la dicha, la armonía, la felicidad son posibles. Están a punto de despertar en este infinito e interminable maravilloso estado.

Con Inmenso Amor, Saul.

Nuestro destino espiritual

Traducción: Lucía Montaño Ferrer

12/05/2010 por John Smallman

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